Aprovechando el parón de verano de las Seriedad-eS que sigo, le toca el turno a esas series que tenía ahí apartadas pero que nunca podía disfrutar, y la primera de ellas es “Carnivale”.
Es cierto que había oído muchas y muy buenas críticas así que me puse el capítulo piloto un poco receloso y con el miedo a que me defraudase por culpa de haberlo sobrevalorado a priori, pero nada más lejos de la realidad, lo que estaba viendo me gustaba y mucho.
“Carnivale” es sin duda el producto más diferente y arriesgado que había visto hasta el momento y es por ello que tiene doble mérito. Una historia muy poco común con unos personajes y situaciones bastante extraños son la carta de presentación de una serie que te guste o no debes admitir su gran mérito.
Si me había dejado conquistar por la estética “Mad Men”, me ha sucedido lo mismo con la estética “Carnivale”, es la pura decadencia, el puro esperpento… paisajes áridos, casi desérticos; personajes desestabilizados, rotos. Me imagino viviendo en la feria ambulante y lo único en que puedo pensar es en las ganas que me entrarían de empezar a gritar y salir corriendo lo antes posible de allí.
Los personajes de esta serie son un fiel reflejo de aquellos que se denominan “freaks”. Al tratarse de una feria ambulante que viven del espectáculo, tenemos a la mujer barbuda, las hermanas siamesas, el enano, el gigante… aunque yo creo que muchos personajes no tienen un peso realmente en las tramas y algunos son simplemente parte del attrezzo y ambientación de la serie.
Me fascina especialmente la carga fantástica de la serie, personajes que se comunican con otros sin hablar, objetos que se desplazan, incluso fetos en botes que se mueven… Y todo esto acompañado de un personaje protagonista que esconde un gran secreto, un poder que aún no tengo muy claro, pero que comienza a asomar en algunos momentos.
Pero uno de mis personajes preferidos es el párroco, un hombre despiadado, capaz de hacer cualquier cosa para lograr lo que desea. Y es que la religión toma gran protagonismo en una época y lugar como en la que se sitúa “Carnivale”.
Tras haber visto dos capítulos, de momento esta serie ya ha logrado que comience a seguirla. Espero que no me defraude y esta emoción inicial se convierta en un no poder dejar de apartar los ojos de la pantalla, aunque me temo que llegar al final va a ser especialmente duro y más después de saber que la han cancelado en la segunda temporada y que la serie termina en alto. A ver si las industrias televisivas comienzan a tratar a su público con un poco más de respeto…