Arranco este blog con el que pretendo aportar mi visión sobre las mil y una series que me quitan el sueño (en sentido literal, lo del sueño digo). Y lo hago con una serie que consiguió lo que hasta ahora sólo habían logrado la primera temporada de “Prison Break”, las primeras de “Lost” y “Mad Men”: Engancharme hasta el nivel de devorar un capítulo tras otro y terminarme la primera temporada del tirón.
La serie en cuestión es “Downton Abbey”, cuya primera temporada cuenta con siete capítulos que me he racionado para disfrutar en dos días. Bien es cierto que cualquier producto audiovisual de época me resulta atractivo a priori, pero cuando me senté a ver “Downton Abbey” no era consciente de lo que allí se me iba a mostrar.
Para ponernos en antecedentes, la serie arranca en el año 1912, el condado de Grantham se queda sin heredero tras el hundimiento del Titanic, por lo que comienza una cuenta atrás para encontrar un nuevo heredero o intentar que la hija mayor del conde pueda heredarlo todo.
¿Qué es lo que hace tan atractiva esta serie? Es muy sencillo y a la vez muy complicado de conseguir: LOS PERSONAJES. Si bien la producción es brillante (no olvidemos que estamos ante una de las series más caras de la historia) y la realización es excelente; son los magníficos personajes los que consiguen atrapar desde el minuto cero.
Un muy buen capítulo piloto nos los presenta de forma magistral. En esta serie no estamos ante un claro protagonista, si no que unos diecisiete personajes se reparten el protagonismo entre ellos (sí, sí, diecisiete). Y eso solamente se consigue con unos personajes muy trabajados y con enganche.
Estamos acostumbrados a que todas las series tomen a uno de los personajes como protagonistas y los demás sean personajes principales importantes, o incluso a un protagonismo compartido entre cuatro cinco personajes como es el caso de “Desperate Housewives” o “Brothers and Sisters”, pero hasta ahora nunca había visto una serie con diecisiete personajes principales-protagonistas.
¿Cuál es el mayor atractivo de estos personajes? Que todos son muy grises. No hay ninguno que sea especialmente bueno, aunque sí los hay que sean especialmente malos (pero con sus matices que los humanizan). Desde siempre he sentido un amor especial a los personajes oscuros y en cualquier serie o película me suelo “enamorar” de los personajes malvados, por eso no es de extrañar que mi personaje favorito sea el primer lacayo Thomas, un personaje despiadado interpretado de forma magistral.
“Downton Abbey” nos muestra dos mundos que conviven en el mismo espacio. Los condes y sus hijas en el castillo y los sirvientes en los sótanos y áticos del mismo. Ambos mundos paralelos se mueven por la casa sin cruzarse, cada uno tiene su espacio, y desde luego los sirvientes no pueden introducirse en el espacio de los condes a menos que ellos no estén presentes o se les reclame para algo. Esta contraposición entre ambos mundos hace aún más atractiva la serie.
También me gustaría hacer hincapié en las tres hijas de los condes. Tres mujeres. Un triángulo muy bien aprovechado. La hija mayor, la que debería heredar la fortuna, pero las mujeres no pueden hacerlo (es terca y con aires de superioridad), la hija mediana (poco agraciada y ninguneada en la casa) y la hija pequeña (de fuerte carácter revolucionario). No es de extrañar que entre las tres hermanas se establezcan envidias y por lo tanto traiciones.
En cuanto a la trama, realmente estamos ante una propuesta muy de telenovela, pero una telenovela bien hecha, sin caer en los típicos tópicos a los que estamos acostumbrados, por decirlo de algún modo, es una telenovela reinventada y de calidad.
Y por mi parte espero ansioso a que se estrene la segunda temporada, pero mientras tanto podré suplir ese vacío con el estreno de “Upstairs, Downstairs”, un remake de una exitosa serie de los años 70 que también narra la historia de unos aristócratas y del servicio.
Welcome to the blog's world!
ResponderEliminarY qué mejor que Dowton Abbey para empezar. Sí señor. Gran serie!
Non comparto o teu amor aboluto por esta serie, pero debo admitir que non está nada mal. Está ben feita e ó final vólvese interesante pero a verdade é que a min tanto como atraparme... pois como que non. O primeiro capítulo resultoume bastante pesado (é o problema de tantos personaxes...) e realmente tiven que agardar a non ter nada mellor que ver para rematar esta primeira tempada.
ResponderEliminarO que si non hai duda é que os personaxes son brillantes. E si, reitérome no meu odio cara Thomas.
Hola!
ResponderEliminarCelebro que haya un blog sobre series, porque a mí también me quitan el sueño (literalmente). Devoré Downton Abbey (1a temporada) en menos de una semana y estoy ansiosa porque llegue la segunda. Coincido en general con tu análisis y creo que la clave del enganche está en los personajes, pero sin embargo yo sí creo que en esta serie los personajes buenos son muy buenos y los malos, muy malos (en extremo). A mí me gusta el personaje de Bates (por su integridad), pero tengo que reconocer que es demasiado bueno (a pesar de que también esconde secretos).
Bienvenido al mundo bloguil y adelante con más series!
Ah, se me olvidaba! Mención especial a Maggie Smith, en el papel de abuela, me encanta! Las salidas que tiene dicen tanto de su clase y es tan "british!":-) También decir que vale la pena ver la serie en versión original por la riqueza de los acentos.
ResponderEliminarEstou triste e doida por non poder comentar esta serie pero quería darche a benvida ao mundo do blog, onde estou segura tes moita cabida. Vou seguir todas as túas entradas para poder compartir ese amor polas obras de arte audiovisuais seriadas. Cando a miña conexión vaia ben prometo verma.
ResponderEliminarAgardo ansiosa o teu seguinte post :)
Cara a finais de semana caerá Downton Abbey... ainda que con medo polas expectativas creadas. Non entendo como non adoras a Glenn Close en Damages (que non aparece na túa listaxe), unha telemala malísima. Ah! Por Dios, antes de ver o remake, deíxate seducir pola orixinal Arriba y Abajo. Marabillosa!
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