87 capítulos después y muchos muchos personajes dejados atrás, una de las mejores series que he visto (orgullo de ser producto patrio) llegaba este martes a su fin y por supuesto los miedos eran varios.
Pero lejos de defraudar, el final de "Matalobos" estuvo a la altura de la compleja trama que nos fueron presentando a lo largo de la serie. Es cierto que muchos personajes no quedaron bien finalizados o muy por encima, pero cerrar las miles de tramas que han ido abierto se antojaba casi imposible.
La sensación que se me quedó al terminar el capítulo es que todos, en mayor o menor medida, habían ganado. Excepto el malo malísimo y repulsivo Garrido con el que nadie podía haber empatizado, todos nuestros protagonistas tuvieron un final muy digno.
Un final "feliz" para Carmelo, el hombre que tanto hemos odiado pero que al mismo tiempo tanto hemos querido, en realidad no se merecía terminar muerto o en la cárcel, los espectadores no queríamos que así fuera y los guionistas nos han respetado.
Pero es para mí el personaje de Vanesa Viaño el más importante de la serie. A lo largo de las temporadas hemos podido ver cómo ese personaje ha ido evolucionando y creciendo y cómo la actriz que lo interpreta ha pasado de la mediocridad máxima a una calidad interpretativa muy elevada y es que Vanesa llevó todo el peso dramático de la temporada anterior y me sorprendió enormemente su evolución como actriz. Sería interesante ver un spin off en el que ella toma las riendas de Sardiñeira...
El personaje de la teniente Seijas es el que me deja peor sabor de boca. Podemos ver cómo al final del capítulo entrega su placa y su arma (no sabemos si se rinde o está pensando en planes futuros y mejores con su periodista, quien también desaparece misteriosamente de la redacción).
Con mucha pena decimos adiós a "Matalobos", pero esperemos que este hueco en la parrilla se ocupe rápidamente por otra buena serie made in Galicia que nos haga disfrutar y sufrir tanto como esta.
